Se estima que el corazón, los vasos sanguíneos, los huesos y los músculos se deterioran más de 10 veces más rápido en el espacio que con el envejecimiento natural. Esto significa que para estudiar el proceso de envejecimiento, los científicos no tienen que esperar a que sus sujetos biológicos maduren naturalmente en la Tierra; pueden aprovechar los efectos acelerados sobre la salud realizando experimentos en la Estación Espacial Internacional (ISS). Utilizando más de 300 muestras biológicas, los científicos catalogaron una serie de diferencias corporales en astronautas gemelos, incluidos cambios en las expresiones genéticas, microbiomas, funciones cognitivas y sistemas vasculares de los astronautas. Susan Bailey, radiólogo de la Universidad Estatal de Colorado que participó en los estudios, hizo el sorprendente descubrimiento de que los telómeros del gemelo que fue al espacio se alargaron. Los telómeros normalmente se acortan a medida que envejecemos, y la rapidez con la que se acortan es un marcador importante de salud.